Fundación Truekland

FUNDACIÓN TRUEKLAND, BREVE CONTEXTUALIZACIÓN.

La ciencia puede ser definida a priori como un sistema organizado para el estudio riguroso del mundo natural, un sistema en permanente autocorrección. La mayor parte del tiempo consiste en la aplicación de lo que se conoce como método científico. Si bien habría que precisar esta afirmación, lo conducente suele ser el conjunto de problemas formulados por mentes expertas en ciertas disciplinas. Quizá las personas dedicadas a La Ciencia se interesen en diferentes aspectos de la naturaleza, pero todas usan más o menos la misma perspectiva intelectual para conducir sus investigaciones, otro destino y otra materia de análisis lo constituyen las perspectivas proveedoras de un determinado porvenir, dejando más o menos en claro que en la actualidad el estatus de Ciencia corre por cuenta de las grandes Corporaciones.

Todas las personas poseen diferente concepción acerca de un mismo fenómeno. De acuerdo con las consideraciones contemporáneas del fenómeno de aprendizaje, la comparación de las diferentes observaciones incrementan la capacidad para analizar y aprender, este principio sienta las bases para el desarrollo del conocimiento, al tiempo que es un medio para solidificar las actividades que requieren un cierto tipo de conducta y una cierta disciplina. Los procesos mentales de carácter científico intervienen poderosamente en la actualidad en el desarrollo de la Biología contemporánea, las condiciones generales de ese procedimiento analítico y sintáctico de estudio sistemático de la naturaleza, el cual incluye técnicas de observación, reglas para el razonamiento dirigido a la predicción, la experimentación planificada y modos de comunicar los resultados experimentales o teóricos encontrados, se consideran una de las maneras más directas de entender la complejidad de los organismos vivos, entendidos en su interacción con el tiempo y el medio en que existen; los diversos fenómenos del mundo de "lo vivo".

Con la perspectiva de una paulatina funcionalidad tecnológica y la presencia de una dimensión de eficiencia y equilibrio orgánico, asentada en el trayecto de las directrices de las que se ocupa la observación científica a partir de la Biología, la Fundación TRUEKLAND se enfoca en una causalidad que remite principalmente a los retos planteados por la coexistencia entre especies y las diversas colectividades humanas. Su Visión se enfoca en la sustentación de los códigos que pueden permitir una mejor calidad de vida, un reconocimiento mutuo de la confianza en una suerte de integridad optimista y el esfuerzo por generar una crítica proactiva sobre la escisión paulatina y violenta con que los conglomerados humanos pueden imponerse sobre la naturaleza.

Para los integrantes de TRUEKLAND cada persona es un potencial admirador de lo que se puede hacer en materia de conciencia y aplicación de las tecnologías, con miras a un uso práctico de las mismas, mediante un poco de conocimiento y quizás mucha voluntad. Procuramos que no haya una relación de poder en TRUEKLAND sino de dominio, en términos de las actitudes ante qué hacer con los conocimientos adquiridos por la Biología y las telecomunicaciones en las últimas décadas. El conocimiento proporciona la conciencia y la voluntad posibilita la acción, la razón de ser de Fundación TRUEKLAND no es una obediencia ciega en las figuras de autoridad, sino el dominio de una circunstancia, el cambio de una situación, la reconstrucción de una imagen de ser humano que trascienda la funcionalidad, que se concentre en formas de reconocimiento legítimas, en las características morales de una inserción social que supere la instrumentación productiva de las cualidades culturales y que potencie la creatividad a un estado plural de modo de vida consciente de sus impactos.

Trabajamos en pro de la reafirmación de un complejo humano diverso, vigoroso en formas originales convocadas para la acción social, que vayan tras las nociones de un obrar cada vez más adecuado de acuerdo con las urgencias y necesidades que conforman, complementan o hacen parte de nuestra global cotidianidad. En TRUEKLAND nos hemos comprometido a pensar las dinámicas urbanas y su posible mejora, con el fin de generar transformaciones sociales y movimientos que permitan orientar la mirada hacia varias problemáticas: la supervivencia, la capacidad de integración de todas las personas con los procesos habituales de intervención social y el uso de tecnologías de bajo impacto ambiental. Actualmente ciertas limitaciones orientan el sentido y el carácter de los seres humanos en el planeta, en cada entorno determinado particularmente por situaciones más o menos comunes, las formas y estrategias de supervivencia ocupan la mayor parte del tiempo, aunque carecen de una concepción que nos lleve a considerar seriamente la estabilidad del complejo de sistemas en que nos refugiamos, lo que acrecienta la vulnerabilidad de los modelos sociales. Nos adherimos a la acción evolutiva que se configura en la interacción cultural, en el aprendizaje contrastado y discutido, en el uso cuidadoso de las tecnologías, en la apreciación de lo que los seres humanos son capaces de hacer y decir como principio de posibilidad expresiva.

Los actos creativos en las sociedades contemporáneas, en un nivel que permita el despliegue de los lenguajes y la participación activa de las personas en su reformulación y apropiación, si contemplamos el grueso de la población, son todavía sumamente raros, particulares, se encuentran en peligro de extinción o no se han convocado todavía, pues suelen imponerse en términos inmediatos, sombríos panoramas políticos que tienden a dificultar los contextos. Ese grueso de la población, aislada en deberes haceres y lugares comunes ha quedado limitado a la reproducción de algunos gestos cómodos, con los que se suele simular la representatividad. Estas realidades no se cuestionan suficientemente en una sociedad atascada en responsabilidades y obligaciones vertiginosas, convergentes en la poderosa dinámica de desarrollo de la era contemporánea, establecida como impulso incontrolado de consumo y producción, en su mayor medida por cuenta de los menoscabos que sufre la creatividad a título de la ignorancia administrada por los gobiernos, por los sentimientos de imposibilidad y desgana ante la proyección que brinda un entorno de supervivencia limitado, por miopía ante las posibilidades de construir un plausible futuro, y también por falta de tiempo.

El desensamble de los actos imaginativos que ponen en evidencia la necesidad de pensar y crear intenciones, para proyectar el futuro y las ganas de construir en un mundo más vivificante, con nuevos registros sobre los impactos que causa nuestra presencia en el planeta, nos obligan a considerar el asunto del entendimiento y la evolución social bajo una mirada más escéptica y crítica, lo que quizás lleve al reconocimiento creativo de una naturaleza que puede estar dispuesta a escarmentar y no huir de la aceptación respecto a lo que podría o no hacerse. Si la política según Valéry, es el arte de impedir que la gente se dedique a los problemas que realmente le preocupan, está bien que la metodología TRUEKLAND no contraste sus enfoques con los discursos encaminados a la administración del poder. No planteamos la administración de otro poder que no sea el de posibilitar que se obre adecuadamente bien, de acuerdo con las urgencias y necesidades que precisan un control en el uso de los limitados recursos. Nos afanamos para obrar en las intimidades de la naturaleza humana, con la intención de poner de manifiesto las posibilidades e imposibilidades que observamos, más importante aún, manifestamos el deseo de implementar nuevamente el trueque como forma legítima de cambio, esperamos hacerlo bien.