Dar testimonio de la perennidad de los valores humanos, promoviendo un cambio de percepción de nosotros mismos, como hacedores de nuestro destino, capaces de evolucionar integralmente, desarrollando nuestras habilidades, y reencontrándonos con nuestro potencial de crecimiento y de amor, en sintonía con el cosmos, para construir la cultura de paz de la sociedad del tercer milenio