5 claves para transformar tus intenciones en acción

Las fuentes de motivación para llevar a cabo tus buenas intenciones o animarte a cambiar las cosas pueden ser muy diversas. A veces sentimos que algo debería cambiar y decidimos hacer algo al respecto. O al menos las circunstancias nos llevan a preguntarnos: “¿Qué puedo hacer?” o “¿Cómo puedo ayudar?”

Y es que a menudo sentimos el impulso de actuar con inmediatez. Pero es cierto también como con el tiempo pueden surgir obstáculos que desinflen nuestras ganas de pasar de la intención a la acción. El miedo al qué dirán, la dejadez o el no saber por dónde empezar son algunos de los desafíos que impiden que avancemos para conseguir esos cambios que queremos ver en el mundo.

Entonces, ¿cómo transformar nuestras buenas intenciones a acciones tangibles?. Aquí van algunos consejos para echar a andar.

1. Establece tu meta

¿Qué quiero lograr? ¿Cómo quiero transformar mi entorno? Se te pueden venir muchas cosas a la cabeza, pero es difícil abordar todo a la vez. Céntrate en un objetivo y piensa en qué cambio específico te gustaría ver. Enfócate en una acción inmediata y echa a andar. Puede ayudarte escribir cuál es el objetivo y determinar cómo lo completarás utilizando el acrónimo SMART (o meta inteligente): específico (specific), medible (measurable), alcanzable (achievable), relevante (relevant) y de duración determinada (on time). La creación de una meta INTELIGENTE te permitirá establecer los pasos específicos necesarios para seguir adelante. Algunas preguntas a considerar incluyen:

• Específico: ¿Cuál es la acción específica que quiero llevar a cabo? ¿Quiero invitar a otras personas a que se unan para lograr este objetivo? ¿Qué materiales o recursos voy a necesitar?
• Medible: ¿Cómo sabré que estoy progresando con mi objetivo?
• Alcanzable: ¿Cómo puedo lograr mi objetivo? ¿Existen limitaciones que debo considerar?
• Relevante: ¿Es esto algo que realmente me apasiona? ¿Qué impacto espero tener para la comunidad en general?
• De duración determinada: ¿Cuánto tiempo dedicaré a lograr este objetivo?

Este sería un ejemplo de una meta SMART o meta inteligente:

Solicitaré la ayuda de cinco personas que se unan a mí para obtener firmas que apoyen un programa de compostaje en el vecindario para septiembre.

2. Establece un espacio temporal específico

Comprender que tomar medidas puede requerir tiempo y constancia puede ayudarte a establecer qué tiempo es razonable para lograr un objetivo establecido. Como se hace referencia arriba, quieres asegurarte que la acción que decidas tomar se realice dentro de un periodo de tiempo razonable. Por ejemplo, si decides intentar cambiar las cosas ofreciéndote como voluntario en una organización, piensa en cuánto tiempo puedes a ese voluntariado antes de comprometerse. O, si está planeando organizar la limpieza de un parque o la vereda de un río cercano, piensa cuándo te gustaría realizar el evento. ¿Es esto algo que quieres hacer mensualmente? ¿O es un proyecto de una sola vez? Establecer un marco de tiempo te ayudará a no sentirte agobiado.

3. Invita a otros a unirse

Comparte tus ideas para pasar a la acción y por qué no, invita a tus amigos a que se unan. Conseguir la ayuda de otros posiblemente hará que te sientas más responsable de conseguir tu objetivo y también ayudará inspirar a otros para que también se animen a generar cambios. Puedes iniciar un grupo con personas que estén tan apasionadas como tú sobre la acción que ha decidido emprender. Cuando formes un grupo, planea reunirte informalmente con los miembros para discutir el objetivo y recibir comentarios. Mantén tus reuniones animadas comenzando con una actividad divertida que ayude a los recién llegados conocer e integrarse en el grupo. Asegúrate de tener una agenda con los temas de discusión que te gustaría abordar y anima a los miembros compartir sus ideas. Es posible que si es una acción más que puntual, se vayan a tener que reunir más veces. El grupo debería decidir con qué frecuencia se va a juntar y ver si cada vez una persona diferente quiere facilitar la reunión. Finalmente, los miembros del grupo deben decidir qué tareas realizarán para asegurarse de que todos puedan aportar.

4. Toma acción

Tras la planificación inicial y hacer que otros se unan a la causa (o decidir ir solo), el siguiente paso es echar a andar. Para garantizar que vamos a avanzar antes de tirar la toalla, es bueno comenzar por pasitos más pequeños, antes de abordar detalles más complejos. Una buena estrategia es tener a alguien a quien tener que reportar los avances periódicamente. La autorreflexión también puede ayudar mucho en el progreso. Pregúntate: “¿Cómo me sentiré si elijo no comprometerme con esta acción?” o “¿Qué sí va a cambiar si consigo los resultados que busco?” . Si otras personas se unen a tu causa o si has decidido formar un grupo, haz seguimiento para estar seguro que todos entienden, participan según lo acordado y se apoyan entre sí. Sea flexible con los horarios de las personas así como cualquier otra dificultad que pueda llegar a surgir. A medida que surjan las cosas, es bueno decidir juntos qué posibles cambios pueden ser necesarios para garantizar que se conseguirán los resultados que esperamos. Por último, recuerda que si has decidido ser voluntario, donar para una causa, organizar una iniciativa comunitaria local o incluso ayudar a un vecino con un gesto amable, tu acto es una excelente contribución al mundo. No dejes de dar el paso, es con tus acciones que el mundo cambia.

5. Celebra

Una vez que hayas dado el primer paso, ¡es hora de celebrar los pequeños o grandes progresos!.

Estos son algunos consejos para pasar de la intención a la acción. ¿Tiene otros que te animes a compartir con la comunidad de idealistas? Comparte tus sugerencias y comentarios con nosotros en act@idealist.org.

** Traducido al español por Elena Martín del artículo de Ideas for Action Blog.

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