Arte, Solidaridad y Reinserción laboral de jóvenes

¿Cómo llevar la compañía de los libros a quienes se sienten solos? ¿Cómo logramos disminuir los niveles de violencia en nuestra sociedad?¿Por qué las autoridades no se preocupan lo suficiente de los niños y niñas que sufren? Necesitaba darle una respuesta (o un intento, al menos) a estas preguntas. Pensaba que no estábamos haciendo bien las cosas y que teníamos el potencial y el derecho a hacer algo en la comunidad donde vivimos todos.

La respuesta llegó de forma inesperada: asistí a un taller de literatura en paralelo con mi trabajo de editora de memorias, y un día, luego de una reunión con un grupo que realizaba talleres en cárceles, lo supe: debíamos hacer talleres literarios en cárceles juveniles. La gran mayoría de los jóvenes en prisión han tenido infancias dolorosas y en contextos de pobreza, se sienten solos en una edad que debiera ser de aventuras y descubrimiento, y si no se les entrega un espacio no violento que les permita abrir su mundo, los niveles de violencia en la sociedad aumentan.

Reinserción laboral a través del arte

Así, sin mayores pretensiones, sabiendo el poder que tiene la escritura la lectura y una conversación amable para acompañar y ampliar la mirada, comencé a ofrecer talleres a jóvenes en prisión. En un contexto de dura represión emocional, los jóvenes abrieron sus corazones y decían que ese espacio era “como no estar en la cárcel”.

Eso sucedió hace 10 años. En el camino se fueron sumando personas extraordinarias que hoy conforman el equipo de Fundación ITACA, una organización que trabaja realizando talleres de mediación cultural en centros privativos de libertad, y contribuyendo en los procesos de reinserción social de adolescentes una vez que salen en libertad.

En estos años de trabajo, hemos publicado 14 libros con textos maravillosos escritos por los y las jóvenes, y desarrollamos un programa que ofrece apoyo integral, basado en el vínculo personal, para cuando salen de prisión.

El altruismo es la mejor forma de sanar

Este programa está basado en apoyar a otros que los están pasando mal, porque cuando se han atravesado dolores, nace una fuerte motivación por ayudar. Lo hemos comprobado una y otra vez: el altruismo y la capacidad de expresar lo sucedido es el mejor camino para sanar las heridas y construir un proyecto de vida positivo. Los jóvenes participan en diferentes actividades de servicio social dirigido a atender a personas en situación de vulnerabilidad, como por ejemplo a personas de tercera edad que necesitan ayuda y esto ha sido muy gratificante para ellos. Les ha permitido reconocer su propio valor dentro de la sociedad y este es un gran paso para su sanación y reinserción social.

El camino no ha estado exento de obstáculos. No es fácil trabajar en contextos carcelarios, por el sinfín de reglas que los rigen. Tampoco es fácil que las personas donen a jóvenes que han cometido de delitos. Y, por si fuera poco, las autoridades no han incorporado, pese a las evidencias, que el apoyo emocional es tan importante como tener una plaza de trabajo. Ante estos obstáculos, nos nutrimos del esfuerzo que hacen los y las jóvenes, nos quedamos con su capacidad de entrega y cariño. Hoy, algunos de ellos se han incorporado como tutores.

Te invitamos a conocer más sobre la labor de la Fundación Cultural para la Reinserción Social Itaca. Y ante todo, los y las invitamos a ser parte de mirada esperanzadora acerca del ser humano y su increíble capacidad de resiliencia.

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