Más allá de sólo existir: la búsqueda por nuestros derechos
Por Natália Goulart (Argentina- Brasil)
“E sonhos não envelhecem” – “Los sueños no envejecen” (Milton Nascimento)
Hacía sol en el cinco de noviembre en Buenos Aires. Salí ansiosa de casa, iba participar de mi primera marcha del orgullo LGBT en otro país, en la ciudad de Buenos Aires. Ya hace 19 años que se conmemora el día del orgullo gay en la capital. Este año, la 20ª marcha tuvo como tema la Ley de Identidad de Género.
Agarré la bandera colorida que representa el movimiento y también la de Brasil. Entré el metro en la estación de Palermo a las cinco de la tarde y allí ya se podría ver los colores del arco-iris. Personas con camisetas, pulseras en los brazos, banderas, aderezos.
Definiría la 20ª marcha de orgullo de Buenos Aires como un gran encuentro familiar: una casa abierta, agradable, lejana de ojos prejuiciosos, dónde hay espacio para todos los tipos de voces. Desde familias tradicionales hasta la configuración de las nuevas familias modernas, como el grupo de madres lesbianas que llevaban sus hijos e hijas en carritos de bebé. Travestis con carteles que decían “mi identidad es un derecho”. Gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, heterosexuales, niños, abuelas, los maestros de UTE-CTERA, el partido de los obreros, las madres de la Plaza de Mayo… En definitiva, un espacio fluído en el todos éramos considerados personas.
El estudiante brasileño de arquitectura Rodrigo Rodrigues, de la Universidad Nacional de Brasília (UnB) participó de la manifestación. “La primer impresión que tuve fue la de adentrarme en una enorme fiesta en la calle, compuesta de carrozas y músicas. Sin embargo, a medida que leía los carteles y escuchaba lo que los militantes hablaban, percibí que había también un cuño político. Para mí, la marcha fue la mezcla exacta entre el discurso político y la celebración del movimiento”, me comentaba.
Un poco de historia…
La historia del movimiento gay de Buenos Aires empezó en 1967 con el grupo llamado “Nuestro Mundo”. El movimiento ganó fuerza al igual que en otros países, incluso en Brasil, tras el famoso episodio en 28 de junio de 1969 en el bar “Stonewall Inn”, en el Greenwich Village de Nueva York. Por varios días hubo enfrentamientos entre la policía y los habituales del local: gay, hippies, gente de todo el tipo. El hecho marcó la historia de los derechos de la comunidad gay, con un buen número de personas resistiendo a los embates policiales durantes días.
La primera marcha de Buenos Aires ocurrió en 28 de junio, en 1992. El tema tenía como lema: “Libertad, Igualdad, Diversidad”. La fecha del evento fue determinada en el mismo día de la rebelión de Stonewall, en memoria del acontecimiento. Cerca de 200 personas participaron en la marcha, pero varias de ellas caminaron con los rostros tapados por el miedo a perder sus empleos, el recelo de sufrir prejuicios. En 2001, se conmemoraron 10 años de la defesa por la libertad, 4.000 mil personas marchaban por las calles. En 2006, 20.000 personas y en 2010, cerca de 100.000. Ese mismo año, el 15 de julio, Argentina fue el primer país latinoamericano en autorizar el casamiento de homosexuales y la adopción de niños.
La comunidad gay empieza a cosechar frutos mediante derechos de igualdad y leyes que más allá de su mera existencia como ley, los considera como sujetos pensantes y participativos de la realidad social. La búsqueda por libertad y reconocimiento social es primordial. Un reconocimiento donde el cuerpo y la mente puedan representar su máxima expresión y sentirse bien interiormente y en cualquier espacio.
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