Democratizando la educación y la cultura para demostrar que sí se puede
Centro Cultural Melodía provee desde 2001 oportunidades de educación y desarrollo cultural a la comunidad de Villa Hayes, en el Chaco paraguayo. Tras todo este tiempo, este es el año en el que escalar se convierte en el foco principal del proyecto. ¿Cómo multiplicar el impacto generado llevando el modelo a muchos más centros culturales del país?
Félix Fariña es el Director del Centro Cultural Melodía y un firme creyente en el poder transformador de la cultura como herramienta para afectar positivamente al desarrollo de las comunidades. Nos cuenta cómo hace 17 años, fue obvio para los fundadores de esta organización que los hijos de aquellos que trabajaban en las estancias (establecimientos ganaderos), no acababan teniendo las mismas oportunidades que los hijos de los dueños. Un chico de la capital tiene mayores opciones para estudiar, aprender a tocar un instrumento, estar en contacto con el arte y muchas otras cosas que puedan complementar su educación. Para paliar esa diferencia surge el Centro Cultural Melodía en el que hoy se ven los frutos de estos años, además de una meta indiscutible: llegarle a muchos más. ¿Cómo hacerlo?
La importancia clave de los datos
Durante todos estos años el Centro ha desarrollado numerosos programas a través de los cuales cientos de chicos y chicas han podido beneficiarse de cursos de computación, idiomas, música, lectura… “Si alguien quiere aprender a tocar el violín, la escuela provee de ese violín y ahora hay algunos chicos que son directores de música de grandes orquestas del Paraguay y en otros lugares del mundo. El Centro les dio herramientas para poder competir a nivel nacional e internacional”. Pero Félix sabía que lo que no se puede medir no existe y que “a las autoridades, cuando les demuestras en números el impacto, te otorga más legitimidad”. Se aplicó en conseguir la información y de ahí la pregunta siguiente fue… ¿Y ahora qué hacemos con los datos?
“Quise tener datos para probar el impacto que causa la cultura en la comunidad. Realicé un estudio y ahí me comencé a percatar que algo pasaba. Que ese impacto que habíamos conseguido aquí era real y que necesitábamos hacer algo para escalarlo. El reto en este punto era que nadie me decía: Félix, este es el camino que tienes que seguir. El Taller para escalar impacto de VIVA Idea fue clave. Allí yo fui capaz de ordenar todo lo que yo tenía en mi cabeza”.
Tan clave como esa claridad necesaria para echar a andar, ha sido a partir de ahí la generación de alianzas. La experiencia y el proceso de investigación de Félix, se acabó reflejando en un proyecto que se presentó a la Secretaría Nacional de Cultura. El proyecto fue adoptado por este organismo de Gobierno y se implementará este año. El modelo que el Centro Cultural Melodía se va a multiplicar replicándose en 20 centros culturales de todo el país.
¿Cómo logra negociar impacto por recursos?
La clave de este modelo tiene mucho que ver con cambiar las reglas del juego y cómo interactúa el sector sin fin de lucro con el sector privado y gobierno según Félix. “No podemos acercarnos al gobierno y a las empresas a mendigar. La idea es llegar y plantear alianzas estratégicas, en las que vamos a trabajar juntos para cambiar la realidad. El taller de VIVA me hizo ver la necesidad de cambio hacia ese discurso. Anteriormente yo iba a suplicar o a pedir. Ahora voy a negociar”.
Retos para escalar el impacto
Félix es consciente de que no todo va a ser un camino de rosas. Cree que su mayor desafío es que estos 20 nuevos centros culturales puedan entender el modelo. “Muchos cuando se habla de cultura no lo toman como que es un tema sumamente importante y no es verdad. A través de la cultura se generan cambios en las personas, contribuye a que se valgan por sí mismas. Si logras esto, el día de mañana podrán salir de la pobreza”.
Tres preguntas clave para quien emprende:
El tono de Félix no decae, por algo quienes le conocen le llaman ‘jalero’. “Yo soy ese que dice todo el tiempo: vamos, vamos, vamos… y animo a la gente a que dé el 100%, porque yo sé que se puede”. Su compromiso es incuestionable. Pero qué piensa él que tiene que tener un emprendedor social para no decaer ante los obstáculos, generar y escalar su impacto. Hay tres preguntas clave que todo emprendedor social según él debería hacerse antes de iniciar camino:
- ¿Amas el proyecto en el cual trabajas?: “El emprendedor tiene que demostrar que ama el lugar al que va a servir. La ciudad, su barrio, el entorno que le rodea. Eso va a generar cambio, pero tienes que amar ese entorno para poder cambiarlo”.
- ¿Tienes clara tu pasión?: “Si has logrado descubrirla entonces tienen que ir a por ello. Si pones pasión en lo que haces, nunca más vas a trabajar porque vas a amar lo que hacés”.
- ¿Te preocupa ganar dinero?: “Entonces métete en otra cosa y no en lo social. Para mi el dinero es una herramienta y tienes que aprender a tratarla de la manera correcta o si no esa herramienta te domina, cuando eres tú quien debería dominarla”.
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