Fracasar: La nueva cara del éxito
Aunque hablar de fracaso como pieza fundamental del éxito a muchos le puede sonar un poco fuera de contexto o poco convencional, es una tendencia que está creciendo y que pretende romper con el tabú que muchos hemos cargado desde pequeños, en donde el fracaso no tenía una connotación distinta más allá de la frustración, decepción o pérdida.
Lo cierto es que los tiempos han cambiado, las cosas ya no se ven ni se toman igual, y el fracaso no es la excepción. Es a través del intento y error que aprendemos, nos comprometemos, corregimos nuestros errores y nos volvemos resilientes. De hecho, existen inversores que no apoyan a emprendedores, a menos de que hayan fracasado. Para ellos, el viejo refrán “es mejor equivocarse por haberlo intentado, que arrepentirse de nunca haberlo intentado”, cobra total sentido.
Aunque suena difícil de creer, es mucho lo que ganamos al fracasar, algunas de sus ventajas más sobresalientes son:
- Mide tu pasión – el fracaso te lleva a darte cuenta lo importante que tu proyecto o idea es para ti, si no es lo suficientemente importante, es más probable que desistas al enfrentarte al fracaso recurrente.
- Te vuelve resiliente – aprendes a adaptarte fácilmente a diferentes circunstancias, y superar cualquier tropiezo a lo largo del camino e incluso te puede ayudar a fortalecerte aún más tras enfrentarte a ellos.
- Ayuda a prevenir problemas a futuro – cuando has tropezado, sabes qué y qué no funciona, te vuelves experto conociendo no solo cómo puedes implementar tu idea sino como otras piezas (comunidad, gobierno, ambiente, personas) se relacionan entre sí. En definitiva, estás preparado para dar respuestas con conocimiento de base a aquello que podría o no funcionar.
- Mide tu progreso – fracasar te brinda la excelente oportunidad de visibilizar mejor tu progreso, hay quienes aseguran que si no has fracasado es porque no lo has intentado lo suficiente o que si quieres llegar a ser realmente bueno en algo, el fracaso debe hacer parte de tu progreso. Thomas Edison realizó más de 1.000 intentos antes de lograr prender una bombilla.
- Te hace humano – la gente empatizará más contigo si eres auténtico. Seamos honestos, las vidas ‘perfectas’ no existen, ser transparente y compartir aquellos momentos duros pero que te han llevado a ser quien eres, te ayudará a generar conexiones con los que te rodeas.
Aunque el fracaso puede ayudarnos a avanzar, aún existe un miedo generalizado por mostrar nuestra ‘fragilidad’, compartir con otros que a menudo nos equivocamos, cuando errar es una señal de nuestra condición humana y que de permitirnos, podríamos aprender mucho más de lo que a simple vista podemos imaginar:
[“No queremos relacionarnos con el fracaso”, nos han dicho un par de personas en una suerte de ejercicio de negación de la realidad. Parece que piensan que si aparentamos que todo está bien y evitamos hablar de lo penoso, el mundo será un mejor lugar para vivir. Qué idea tan errada. El mundo real funciona distinto: si aceptamos la imperfección y el fracaso, los llamamos por su nombre y hablamos abiertamente él, el mundo será un mejor lugar para vivir…”] – Leticia Gasca, en el prólogo del Libro del Fracaso, creado por el Instituto del Fracaso
¿Cómo sacarle el provecho al fracaso?
El fracaso puede ser tu aliado siempre y cuando actúes de manera positiva frente a él, solo así estaremos convirtiendo un obstáculo aparente en una oportunidad contundente. Empieza por reconocer tu valentía al querer hacer algo, fracasar significa que lo has intentado, has salido de tu zona de confort y has decido pasar a la acción, y solo por ello, ya tienes un gran mérito. Siéntente orgullo de tus intentos, pocos lo hacen.
Analiza aquello que no salió como se esperaba, con frecuencia pregúntate:
- ¿Qué salió mal?
- ¿Cuáles fueron sus consecuencias visibles?
- ¿Cómo puedo convertir este fracaso en un avance?
- ¿Qué tengo que hacer para sobrellevarlo y seguir adelante?
- ¿Qué acciones puedo realizar diariamente para no cometer el mismo ‘error’?
A partir de este análisis básico y honesto, podrás empezar a tener una idea de cómo convertir tus tropiezos en escalones para el avance. No olvides realizar este ejercicio a menudo, y que cada uno de los miembros de tu equipo se involucren en él, es importante que no solo tú te beneficies, sino todo aquel que está trabajando en el mismo proyecto o idea. Y recuerda, como alguna vez lo dijo Thomas Edison:
“No he fracasado. He encontrado 1.000 soluciones que no funcionan”
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Desde mi trabajo como voluntaria ayudo a personas que no tienen acceso al sistema de salud en Nueva York traduciendo de inglés a español y vice versa eventos de salud gratuitos y gestionando actividades de divulgación. A su vez, coordino los medios sociales de la organización a la que sirvo.