La meditación es la mejor manera de acabar con la pobreza y el hambre
"¿Qué?? ¿Se han vuelto locos???" Seguro más de uno ha tenido esta reacción automática: "Si quieres acabar con el hambre, provee de alimentos, dona plata o acaba con la corrupción y la desigualdad, al menos para empezar. ¿Meditar?..."
Bueno, respiremos. Para cuando acaben de leer esta entrada, quizás esta afirmación no les parece tan descabellada u ofensiva. Tal aseveración la hizo en una entrevista filósofo espiritual Ken Wilber y para hacerse entender compartió la historia de Joachim Chissano, el presidente de Mozambique que practicaba meditación. Quédense conmigo porque van a desear que muchos de los presidente de sus países comenzasen a meditar...
La historia del presidente que practicaba meditación
En 1992, tras 15 años de conflicto y devastación, la guerra finalizó en Mozambique. Chissano representaba el bando ganador y contra todo pronóstico, sorprendió al mundo actuando de una manera sensible y empática. En lugar de seguir combatiendo a los rebeldes desde su posición de poder, eligió tratarlos con respeto, un respeto que le llevó a incluso ofrecer la mitad de los puestos de la armada del país a los propios rebeldes, dándoles la oportunidad de ganar el poder desde la legitimidad política. En lugar de intentar quitarlos del medio, eligió trabajar con ellos.
¿Qué pasó? Chissano comenzó a gobernar y en las siguientes elecciones fue reelegido presidente. Uno de sus objetivos en aquel momento fue establecer una paz duradera y acabar con la pobreza. Bajo su mandato tres de los 20 millones de ciudadanos de Mozambique fueron rescatadas de la pobreza extrema y el número de niños escolarizados se incrementó en un 65%. Estos fueron solo algunos de los efectos colaterales de un presidente compasivo y que supo ponerse en el lugar del otro. Mozambique salió de una guerra y se convirtió en uno de los países más estables del continente africano.
Chissano aprendió meditación transcendental en 1992 y consciente de sus beneficios, los transmitió a su familia y después a los miembros de su gabinete de ministros. En 1994, se hizo obligatorio para todos los miembros de la armada y la policía, que meditaran dos veces al día durante 20 minutos. Es así que afirmó: "El resultado ha sido paz política y un mayor equilibrio con la naturaleza en mi país. La cultura de la guerra ha sido reemplazada por la cultura de la paz. Para que eso ocurra, algo más profundo tiene que cambiar en nuestras mentes y nuestra conciencia para así prevenir que la guerra pueda suceder de nuevo".
Más allá de historias, ¿qué dice la ciencia?
Al hilo de esto, y si nos ponemos a busca evidencia científica, encontramos como cerca de 50 estudios han probado los beneficios de la meditación y sus efectos en cómo el mundo puede evolucionar. Por ejemplo, en una investigación de la Universidad de Massachusetts en 2011, tras realizarse resonancias magnéticas a un grupo de personas que habían practicado meditación durante ocho semanas una media de 27 minutos al día, se probó como la materia gris de su cerebro asociada a la compasión, la introspección y el aprendizaje, se incrementó.
Ahí tienen la respuesta, ¿será que los problemas del mundo son un reflejo de nuestros propios problemas internos? ¿Y si la discordia en el mundo fuese la manifestación de la discordia en nuestras mentes?. Si podemos crear armonía y paz en nuestro interior, ¿podría eso crear un mundo más armónico y pacífico y podría ser esa una buena respuesta inicial para poder construir un mundo sin pobreza, sin hambre, sin guerras? Ahí es que iba la afirmación de combatir el hambre con meditación. ¿Creen que tiene sentido?
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