Morir haciendo ropa (en Camboya y en Argentina)
En más de un post hemos reflexionado sobre la responsabilidad que tenemos todos como consumidores. Y cómo, a la hora de elegir determinados productos, estamos incentivando malas prácticas laborales como talleres clandestinos o trabajo infantil.
El reality show llamado Sweatshop, ropa barata de la muerte, que se emitió en el canal noruego Aftenposten (en este LINK, pueden verse todos los capítulos subtitulados en español) busca generar conciencia sobre este tema. Para hacerlo, decidió llevar a tres jóvenes blogueros de temas de moda, a conocer los talleres de Camboya en dónde se fabrican las prendas que ellos visten y publicitan. El programa causó tal conmoción, y conciencia repentina, que el tema llegó al parlamento.
Con el correr de los capítulos, Anniken, Frida y Ludwig – jóvenes noruegos de familias de buen pasar que convirtieron su pasión por la moda en su profesión gracias a internet – pasan de la sorpresa, a la culpa, la indignación y el replanteo de toda su vida de comodidad y consumo.
alariales, conocen sus casas y sus historias de vida desgarradoras. En uno de sus testimonios, una chica les cuenta que durante 14 años ha cosido la misma costura de un hombro de un jersey. Por eso, cobran sueldos de 3 euros por día. Estos son algunos de los testimonios de los camboyanos:
“Pido a los que compran ropa de Camboya que nos ayuden porque estamos muy mal”
“Si me enfermo no puedo darme el lujo de ir al médico. Estamos obligados a pedir préstamos entonces nuestros sueldo desaparece según entra. Casi no tenemos dinero para echarle sal a la comida”
“No es que quieran trabajar ahí. Sino que como son pobres no tienen elección. Y trabajar en una fábrica es lo único que pueden hacer”
“De chica tenía un sueño que era poder estudiar. Pero no me lo pude permitir. Mi familia es pobre. Nunca nos hemos podido permitir ir al colegio”
Una Anniken llorosa y compasiva dice a la cámara: “Cuando empezás a entrevistar a una persona ves que ella vale exactamente lo mismo que valgo yo. ¿Qué clase de vida es esta? Su madre no murió por una enfermedad o por un accidente. Se murió de hambre porque no tenía nada para comer”, dice, mientras se ahoga en sollozos.
Ludwig agrega: “no es justo que una persona esté sentada 12 horas trabajando, cosiendo, cosiendo y se caiga desmayado de hambre y deshidratación. Es tan injusto. Y es verdad que nosotros somos ricos porque ellos son pobres. Somos ricos porque nos sale 12 euros una remera de H&M, mientras que otros mueren de hambre para que la tengas”.
Parece que esta experiencia tuvo tan impacto en los jóvenes que cuando regresaron a Noruega, Anniken y Frida se convirtieron en activistas e incluso iniciaron una guerra contra Afterposten por no mostrar la situación de los trabajadores de la marca H&M. Su petición para que la empresa sueca mejorara las condiciones laborales llegó al parlamento de su país.
En nuestro país, organizaciones sociales como La Alameda han denunciado talleres clandestinos y trabajo esclavo en la industria de la indumentaria.
¿Qué te pareció programa? ¿Comprás ropa hecha en Camboya? ¿Sentís que sos responsable de lo que pasa allá por tu manera de comprar?
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Desde mi trabajo como voluntaria ayudo a personas que no tienen acceso al sistema de salud en Nueva York traduciendo de inglés a español y vice versa eventos de salud gratuitos y gestionando actividades de divulgación. A su vez, coordino los medios sociales de la organización a la que sirvo.