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Buscamos un cambio, pero todo cambio requiere tiempo y sobre todo disposición. Es un hecho que no hay problemas aislados; la pobreza, el hambre, la escasez e incluso la violencia son situaciones causa y efecto y por ello, son muchos los actores que están involucrados. Las soluciones sin duda están entrelazadas y se requiere de un compromiso intersectorial para dar soluciones de base.

Los retos son grandes pero si logramos hacerles frente, podremos hablar de un cambio social duradero, trascendental y global. Hasta entonces, siempre estaremos prefiriendo poner paños de agua fría que resolver las problemáticas existentes.

No puede existir un cambio social global si...

1. La ética no es principio básico

Se nos ha olvidado que sin ética en términos sociales y responsables no hay negocio, iniciativa u organización que pueda avanzar. La ética es según la Real Academia de la Lengua, "el conjunto de normas que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida", que junto con la moral, determinan nuestras acciones, las cuales siempre tienen consecuencias para otras personas. Si anteponemos la ética frente a las decisiones que tomamos, podemos evitar que una posible solución afecte a otro tipo de problemáticas y grupos.

2. La educación no promueve el talento y la inclusión

No podemos hablar de un verdadero cambio social si en el mundo existen millones de personas sin acceso a la educación. El panorama empeora cuando conocemos que el problema no es solo el poco acceso a la educación, el cual según cifras de UNESCO, para el 2014 llegaba a 58 millones de niños (sin contar jóvenes y adultos), sino también la poca calidad en muchos sistemas. Este último problema es incluso desde muchos puntos de vista aún peor que la falta de acceso ya que se pierden recursos económicos y tiempo en esfuerzos vanos que no logran la superación intelectual y acceso de oportunidades del individuo en su futuro actual y a largo plazo.

Uno de los limitantes menos inclusivos es la falta de acceso al conocimiento. Es cierto, como organizaciones muchas veces no podemos cambiar la educación de nuestro país y mucho menos del mundo, pero sí podemos generar información transparente que le permita a nuestros diferentes públicos (beneficiarios, voluntarios, donantes, etc) acceder a información real sobre lo que realiza la organización y sobre el tema que esta representa.

3. La economía colaborativa no genera desarrollo

Una transformación social evoca un cambio en los sistemas que por cientos de años han generado problemas económicos, sociales e incluso ambientales. De hecho una evidencia clara de esta necesidad es que ya hemos sobre utilizado por varios años consecutivos los recursos naturales del planeta, además de la inequidad que existe en el acceso a muchos productos y servicios de uso básico y/o que mejoran la calidad de vida. La economía colaborativa permite que, por ejemplo, personas que no pueden comprar un automóvil puedan compartir un vehículo y utilizarlo solo cuando lo necesitan. Ganando ellos al acceder al servicio que necesitan y disminuyendo las emisiones de carbono.

Hasta aquí todo va bien, sin embargo, la economía colaborativa tiene el gran reto de regularse, de otro modo problemas como el de Airbnb en Barcelona, BlaBlaCar y la huelga de Confebus en España pueden causar problemas sociales y económicos a gran escala. Los mismo problemas que tratamos de dar solución gracias a esta economía.

4. No se generan movimientos sociales cara a cara 

Aunque la tecnología ha tomado un gran protagonismo en nuestros días, no es la única clave para generar cambios sociales positivos. Todavía se necesitan de movimientos a pie de calle, iniciativas cara a cara en donde las personas puedan intercambiar ideas y donde se puedan implementar proyectos. No podemos negar el impacto masivo de la tecnología, gracias a ella podemos llegar a muchas más personas en cortos periodos de tiempo, sin embargo, hoy por hoy, las interacciones en persona no pueden reemplazarse totalmente con la tecnología.

5. No se logra acceso equitativo a fondos sociales para emprendimientos

La buenas ideas necesitan financiamiento, sin él no se pueden poner en marcha proyectos sociales que le hagan frente a los desafíos de hoy. El talento está allí pero muchas veces no es financiado para llevarse a la realidad. Según un estudio realizado por Aceleradora Mentor Day, el 66% de emprendedores sociales señalan la falta de financiación como principal freno.

La necesidad de formar parte de una estructura más grande y comprometida con el impacto social es un gran desafío, pero es la vía que puede llevarnos a lograr resultados más profundos y rápidos.

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Adriana Cárdenas

Desde mi trabajo como voluntaria ayudo a personas que no tienen acceso al sistema de salud en Nueva York traduciendo de inglés a español y vice versa eventos de salud gratuitos y gestionando actividades de divulgación. A su vez, coordino los medios sociales de la organización a la que sirvo.