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"No tengo una mamá sino 55 mamás, además de 236 familias"

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Elena Martín

Niños y niñas juntos aprendiendo a construir en comunidad

Serie en colaboración TECHO & Idealist

¿Cómo pueden dos comunidades enfrentadas, crear un solo barrio donde hoy en día la gente se siente parte de un mismo territorio?. La comunidad de Paz del Chaco en Paraguay lo consiguió. Quizás mucho tiene que ver con perseguir una meta común, pero sobre todo con aprender a escucharnos y respetarnos. Así fue como TECHO y los asentamientos de 12 de Junio y La Victoria, transformaron enfrentamiento, en unión y pertenencia.

Dos barrios enfrentados y una amenaza de desalojo… ¿cómo actuar?

Chola Cañiza es voluntaria de TECHO y ha pasado por una montaña rusa de emociones desde que llegó a lo que es hoy Paz del Chaco. Hoy su voz te eriza la piel al escuchar el compromiso que ella, como otros voluntarios junto con la comunidad, han puesto por llevar a buen puerto un proyecto que de otro modo, hubiese podido acabar en el desalojo de lo que antes eran los barrios 12 de Junio y La Victoria, hoy un único territorio: Paz del Chaco.

vecinos participando en conversaciones sobre los avances de la comunidad.
Vecinos participando en conversaciones sobre los avances de la comunidad.

Corría el 2015 y en estas dos comunidades las peleas eran constantes, pero en ese punto necesitaban legalizar sus tierras o en cualquier momento, el Estado podría decidir que todos tendrían que salir de allí. ¿Qué hacer?. TECHO había estado trabajando en la construcción de viviendas desde 2011 en esa comunidad, inclusive se construyó un centro comunitario donde se impartían cursos de oficio y donde participaron ambas comunidades, pero los desafíos estaban por venir cuando había que ponerse de acuerdo para la unión en un solo barrio. Ante la urgencia y la necesidad, no quedaba otra que dejar las rencillas de lado y trabajar por el interés común“El barrio pasó por un estrés tremendo, por el tema de la legalización de las tierras, por la burocracia y los constantes errores que se daban en la documentación presentada. Estaban muy preocupados porque si alguien lo decidía, podían ser desalojados.” nos cuenta Chola.

Ese fue un desafío grande para ella que ya había participado como voluntaria y ahora la estaban ofreciendo ser coordinadora comunitaria. “Yo venía súper entusiasmada por el trabajo anterior y sufrí un choque por lo que la comunidad estaba sufriendo. El voluntario tiene que ser constante, pero yo era la única que aguantaba el peso y trabajo de ir a la comunidad en ese tiempo. Fue un año muy solitario pero nunca bajó el amor que sentí para trabajar con la comunidad. Creo que eso es lo que hace que un voluntario o coordinador se quede en el rol. El amor que uno tiene hacia sus barrios“.

Finalmente la legalización se completó y fueron los mismos vecinos los que ya habían decidido que el nuevo territorio se llamaría Paz del Chaco, por la victoria de Paraguay ante Bolivia.

Lo duro si en compañía, se pasa mejor

tablón de anuncios
Parte del proceso de toma de decisiones y establecimiento de normas, es desarrollar espacios de participación para que estas sean establecidas por la propia comunidad.

El proceso de legalización de tierras fue difícil, pero en 2017 otra co-coordinadora de comunidad se unió con la misma constancia e interés que Chola. Ya no estaba sola y las cosas comenzaron a mejorar. “En la primera reunión que tratamos de tener con la comunidad ya a principios del 2017, comparada con las que habíamos tenido durante la etapa de legalización de tierras, fue increíble. Pasamos de 3-5 personas a 20, 30, 40 vecinos. Muchos era la primera vez que participaban de nuestras reuniones y mesas de trabajo y se daban cuenta que lo que nosotros hacíamos era escucharles a ellos. Era la primera vez que alguien les preguntaba ¿qué sentís?, ¿qué problemas tenés?, ¿cómo querés solucionar esto? De este diagnóstico participativo, salió la idea de construir el Puente de la Amistad, en el que la comunidad participó en la construcción y recaudación de fondos para realizarla. La unión del barrio no solo solucionó el problema legal, estaba fortaleciendo los nexos de unión de la propia comunidad.

inicio de los trabajos con los vecinos
Inicio de los trabajos de lo que sería el futuro Puente de la Amistad

“El desarrollo del Puente de la Amistad fue maravilloso en cada parte del proceso – nos comenta Chola – todas las reuniones que hicimos, desde el diseño participativo hasta la construcción del mismo fueron en el mismo puente. Todos los vecinos se juntaban en el puente en ruinas y de ahí les preguntábamos. De ahí salió cómo querían su puente y qué querían que pasase en ese puente. Era lindo porque estábamos todos contribuyendo. Las chicas cocinando que estaban en el curso de panadería, los chicos estudiando y los varones ayudándonos a construir el puente”.

Chola es optimista y de nuevo tiene el entusiasmo a flor de piel, “2017 y el puente, renovaron el barrio y le ha dado una energía que en 2018 va a explotar. Nosotras como coordinadoras seguimos firmes donde estamos. Siempre digo que conozco más a los vecinos de Paz del Chaco que a mis propios vecinos de Asunción. Estoy muy contenta y muy feliz del rol que me toca llevar a cabo cada fin de semana, donde no tengo cinco mamás sino 55 mamás. Donde no solo tengo una familia, sino 236 familias”.

Mario y Nimia

Mario y Nimia con sus dos hijas, son una de esas familias. Viven en Paz del Chaco y un día entendieron que dejar de estar enfrentados y trabajar por una causa común, era una labor noble que merecía la pena intentar. ¿Cómo vivieron ellos esta integración y qué aprendieron?

Mario se considera hoy un líder comunitario, junto con su mujer a la que no deja de mencionar cómo siempre ha estado apoyándolo y aportando como un verdadero equipo. Nos cuenta como antes de la legalización la situación entre las dos comunidades “iba empeorando, con muchos conflictos porque en un terreno común vivíamos dos comunidades enfrentadas de 236 familias”.

En cierto punto y gracias a la intervención de TECHO, Mario tomó el rol de representante comunitario. “Yo vi la necesidad de mi gente. El 70 por ciento del territorio social es de escasos recursos. Nosotros como personas que ocupamos un terreno acá estábamos en zozobra de que el terreno en sí no tenía documentos y podían echarnos de allí en cualquier momento. Había que hacer algo. Yo tengo una pequeña empresa de muebles y empecé de cero y me dije, si yo pude hacer eso, por qué no voy a poder cambiar mi comunidad“.

Mario veía a su alrededor mucho de lo que no quería para sus hijas: drogas, violencia… “veo eso y no quiero que mis hijas crezcan un lugar así, pero tampoco quiero dejar de hacer algo, correr como un cobarde y que esto se pudra. Ya que nadie se animaba a hacer algo, yo decidí tomar esa decisión”.

vecinos posando para foto
Chola de TECHO (con remera blanca) con Mario (sentado) y Nimia, también de blanco junto a Chola, además de un diverso grupo de vecinos de Paz del Chaco

Gracias al trabajo de TECHO como facilitador, de personas como Mario y Nimia tomando el liderazgo de su propio barrio y de la participación de toda la comunidad, hoy Mario afirma como:

En un 80-90% hoy estamos unidos y estamos por lograr muchos objetivos más que si nos hubiésemos juntado mucho antes, ya los hubiésemos logrado.

Para Mario TECHO fue una palanca para todo lo que sucedió y él mismo, parte del engranaje que hizo que las cosas sucedieran. Hoy se siente orgulloso. “Algún día llegaré a ser alguien en la vida, una persona respetuosa y respetada en la comunidad. Y si un día tuviese más autoridad, creo que haría muy bien mi trabajo, porque es lo que quiero hacer, cambiar la imagen de mi territorio, de mi ciudad, que está muy dañada. Ese es el objetivo, ese es mi objetivo”.

El corazón está donde los pies pisan

Historia con final feliz, con el voluntariado como telón de fondo y el empoderamiento de las comunidades como pieza clave para el desarrollo de la capacidad de las personas. Pero mucho más allá de esto, conmueve hablar tanto con voluntarios como con representantes de las comunidades y ver como el verdadero cambio sucede cuando uno ama el lugar que pisa. “Accedí al rol sin problemas con una energía y unas ganas tremendas, que es lo que nos mueve a todos los voluntarios, esas ganas de hacer algo. Saber que somos conscientes que tenemos que cambiar la realidad, sobre todo en un país como el nuestro, sumamente sufrido com la mayoría de Latinoamérica”, nos cuenta Chola.

Para Mario, esa realidad está ya en proceso de transformación y él se siente parte: Ahora la verdad me siento importante en mi comunidad. Siempre tengo en cuenta lo que me dijo mi mamá, uno tiene que ser padre responsable y útil a su comunidad. Junto con el apoyo de mi señora, en eso seguimos”.  ¡Pues adelante!.

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Para contribuir a superar las grandes problemáticas sociales de nuestra región, TECHO e Idealist a través de esta serie, trabajamos en conjunto para sacar a la luz y difundir historias positivas e inspiradoras, que reflejen la relevancia del voluntariado como fuerza transformadora de nuestras realidades.

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Elena Martín

Redactora y editora del blog de Idealistas.org. Modero la comunidad de usuarios de sitio en español y trabajo para hacer de Idealistas.org la web de referencia para todos los que quieren aportar su granito de arena al cambio.