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"Una ONG te ayuda a ser más humilde, a bajar el orgullo, ser más paciente, a no juzgar..."

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Elena Martín

group of children in a classroom
Los chicos en uno de los talleres. Imagen cedida por Héroes de Colores

Es curioso como la voz puede desvelar tanto en un par de segundos. Fue decir ‘Hola buenos días ¿cómo estás?’ con su maravilloso acento colombiano y saber que Sandra Paola era otra de esas personas que no solo está cambiando la vida de otros, ha cambiado la suya propia y se siente feliz. La clave de nuevo: el servicio, en su caso entrega a sus ‘chiquis’ como ella dice, niños de comunidades extremadamente vulnerables con los que trabaja a través de su fundación que creó hace ya cinco años. Una fundación que en este momento es familiar y en la que Sandra Paola nos reitera que para tener mayor impacto en las comunidades, muchos de sus familiares se han involucrado en todo este tiempo. A ellos también va el reconocimiento de esta labor.

Héroes de Colores, que así se llama la fundacióntrabaja con diferentes programas y sobre todo con talleres en barrios donde un 90% de los chicos vienen de familias disfuncionales desarrollando talleres y actividades ecológicas, culturales, lúdicas y educativas por medio del arte y manualidades con material reciclable. La idea es generar espacios de diversión y entretenimiento que fomenten y fortalezcan la creatividad, solidaridad y convivencia social del niño. Una buena meta para alguien que se puso en marcha harta de escuchar una y otra vez una misma frase….

‘Yo quisiera ayudar pero…’

‘Yo quisiera ayudar pero…’ Esa frase fue la que enganchó a Sandra Paola y la sacó de un entorno de aceptación, casi de apatía en la que ella de alguna forma también se encontraba. “En el colegio de mis hijos, era común oír decir a los papas: ‘Yo quisiera ayudar pero…, a mi me gustaría hacer algo pero…’ y llegó un punto que yo me preguntaba, ¿pero si la gente quiere ayudar por qué no ayuda?”. Entendiendo que cada uno deberíamos hacer nuestra parte, Sandra Paola se puso a ello. Empezó en Bogotá, averiguó los horarios de las rutas de los reciladores y comenzó a ofrecerles algo caliente que comer o beber, también ropa que se quedaba pequeña a sus hijos, juguetes…

Tras esto se adentró en algunos de los barrios más desfavorecidos de la capital para trabajar con los niños ofreciendo talleres en educación en valores, medio ambiente, autoestima… Se dio cuenta de que no solo lo material sirve y que hay una necesidad muy grande para estos chicos en recuperar una estima totalmente nula “Muchas de las familias tienen por costumbre solo decirles cuando hacen las cosas mal, les reprenden constantemente por lo que ellos acaban creyendo que no sirven para nada. Fue muy chocante el día que haciendo un ejercicio se les preguntaba ‘Y tú qué quieres ser cuando seas grande’. Varios se echaron a llorar, su respuesta era ‘nada, nadie, yo no quiero ser nadie porque no soy nada’ “.

Mis chiquis me hacen demasiado feliz

Hoy en día estos talleres que educan en valores a través del juego y las manualidades, son cada vez más populares y la fundación ha puesto en marcha una iniciativa, de apadrinamiento no solo para los niños, sino para la propia fundación, para poder cubrir los gastos que supone llegar a más chicos en estas comunidades.

group of children learning in a classroom.

Sandra Paola nos insiste en como “Yo siempre digo que las personas no comen una vez, o no viven solo un mes… lo hacen 365 días y necesitamos estar ahí para ellos”. A ella le dan un propósito enorme. Afirma que ya no es solo su familia, sino toda esta gente la que la mueve a cada día seguir buscando vías para mejorar las vidas de otros. Ella misma afirma que era muy desconfiada, y que las noticias la deprimían, pero que desde que decidió ignorar la televisión y actuar, las cosas han cambiado. Da las gracias a la gente cada día cuando hablo con ellos. “Ellos no entienden, dicen que por qué les doy las gracias si la profe soy yo. No entienden que a mi, mis chicos me hacen demasiado feliz. A mi nuestra ONG me ha ayudado a ser más humilde, a bajar el orgullo, a ser mucho más paciente, a no juzgar”.

Enseñanzas, felicidad, propósito… un montón de cosas buenas que son posibles cuando transformamos esas intenciones de ayudar, de hacer algo, en acciones tangibles. Este fue el caso de Sandra Paola y su familia, y puede ser el tuyo si pasas por qué no, hoy mismo, del la idea a la acción.

¿Has vivido o conoces a alguien que vivió una experiencia similar?, compártela en nuestros comentarios y enhorabuena a todos los que dejan de pensar y se ponen en marcha. ¿Serás tú el siguiente?

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Elena Martín

Redactora y editora del blog de Idealistas.org. Modero la comunidad de usuarios de sitio en español y trabajo para hacer de Idealistas.org la web de referencia para todos los que quieren aportar su granito de arena al cambio.