Por qué 'vender' no es tan malo como lo pintan
A ti que nos lees, ¿te gusta la idea de vender?. ¿A cuántos sus papás de pequeños les decían… tú de mayor tienes que ser un buen vendedor?. Es posible que lo de ‘vender’ en muchos caso no tenga buena reputación y sin embargo… queramos o no nos toca vender constantemente. Por ejemplo cuando:
- Tenemos que convencer a los donantes que apuesten por nuestro trabajo estamos vendiendo el valor de nuestra causa.
- Queremos llegar a un acuerdo con una empresa para que patrocinen un evento estamos vendiendo la importancia de formar parte de de algo que generará valor.
- Tenemos que convencer una idea a nuestro inmediato superior, o a nuestro equipo, estamos vendiendo una idea que creemos tendrá un impacto positivo.
- Buscamos que motivar a nuestros voluntarios para que continúen estamos vendiendo ese entusiasmo y la importancia de su labor, tan importante para que sigan colaborando con nosotros.
No solo se venden productos. Vendemos ideas, vendemos propuestas, vedemos maneras diferentes de hacer las cosas… La diferencia entre sentirte cómodo ‘vendiendo’ o no, puede marcar la diferencia en el resultado a obtener y cuando se trata de beneficiar nuestra causa. No queremos perder oportunidades porque nos de reparo ‘vender’.
Si no te sientes del todo cómodo ‘vendiendo’, revisa cómo puedes acabar con algunas ideas preconcebidas, y construir otras que te sean beneficiosas.
De ‘presionar’ a ‘ayudarles a pasar a la acción’
Si dejas de pensar que lo que estás haciendo es presionar a la gente a adquirir o hacer algo que no quieren, cambia la perspectiva. En el caso por ejemplo de pedir donaciones, no pienses que estás presionando a que te den dinero, sino que estás ofreciendo a gente que se identifica con tu causa, la oportunidad de tomar acción. Sin esa petición, quizás tengan la intención de hacer algo que nunca llegará a materializar.
Reflexiona sobre el verdadero significado de la palabra vender
Vender no es imponer. Vender en el caso de organizaciones que trabajamos por el bien común es encontrar una manera de que ese trabajo sea colaborativo. Encontrar vías de trabajar juntos para activar el cambio. No estás ‘vendiendo’ o tratando de convencer. Estás ofreciendo otra vez más una oportunidad para que las personas se involucren en proyectos que tienen un propósito.
Ponte en el lugar del otro
Si quieres convencer sin tener en cuenta las necesidades del otro, te va a resultar más difícil que la gente se sume a tu idea, se convierta en donante, etc. Sin embargo, si sabemos lo que queremos conseguir de la persona y conocemos su motivación, todo fluirá mejor. Trata de hablar, investigar y entender las motivaciones de tu donante, voluntario, etc. Adapta así el lenguaje o lo que ofreces no solo a lo que tú quieres conseguir, sino a lo que los otros esperan para decidir sumarse.
Practica y comparte
Si estás tratando de ‘vender’ algo, no está de más que planifiques cómo lo vas a presentar. La preparación puede marcar la diferencia entre un buen y un mal resultado. Además de esto, practica y pide a otros que te indiquen cómo puedes mejorar la manera en la que compartes con la gente aquello a lo que quieres que se sumen. Mejor si practicas con alguien que no es un experto. Por ejemplo, estás tratando de vender los beneficios que tiene el hacerse voluntario con tu organización. Practica con alguien que no está dispuesto a hacerse voluntario. De sus preguntas o reticencias, saldrán maneras en las que puedes mejorar tu discursos para convencer.
Mantén la calma
Trata de mantener la calma, sé respetuoso y no te dejes atrapar por el hablar de ti mismo y de lo bueno/a que eres y por ello deberían aceptar o comprar lo que estás ofreciendo. Escucha además de hablar y hazlo tratando de entender y mostrando genuíno interés.
Cierra el trato
No importa si entiendes lo que la otra persona piensa, tienes que saber cómo llevarla al destino final. Que firme una petición, que se una como voluntario, que se haga donante, etc. Siempre recapitula dónde estás y pide permiso para seguir moviendo ficha. Por ejemplo pregunta: “¿Estás listo para sumarte como voluntario?. ¿Qué más puedo hacer o qué necesitas para tomar la decisión?. Hazme saber si hay una manera en que pueda ayudarte”. Recuerda, esto no tiene solo que ver contigo o tu organización. Las relaciones de colaboración mutua son importantes. Quizás esta persona esté listo o lista para cerrar el trato y ser voluntario excepto por algo que no funciona para. Estas preguntas te darán la oportunidad de saber y quizás modificar un poco la propuesta para que esa persona se sume. Sin preguntar, puede que salga y no vuelva más.
¿Algún otro consejo que te sirve para avanzEste es un contenido Copyleft (ↄ). Puedes reproducir este y cualquier otro contenido de nuestro blog y compartirlo en diferentes soportes (online, papel, etc.) siempre y cuando cites la fuente, con el enlace a la página principal del propio blog de Idealistas.ar con tu causa sin sentir que estás presionando o ‘vendiendo’ de una forma que no te resulta cómoda?
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Redactora y editora del blog de Idealistas.org. Modero la comunidad de usuarios de sitio en español y trabajo para hacer de Idealistas.org la web de referencia para todos los que quieren aportar su granito de arena al cambio.