La risa del voluntariado
Puede que hayas escuchado que existen dos formas de ver la vida. La primera, ver el vaso medio vacío; la cual debemos descartar de inmediato por ser destructiva con todo nuestro mundo. Y, la segunda, ver el vaso medio lleno; reinada por el positivismo. Pero es que en realidad hay una tercera, y es mirar a la persona que hace que ese vaso esté medio lleno, mientras lo llena. Mirarla y reír, porque reír es lo que nos da vida. Reír nos mantiene vivos, optimistas, medio llenos. Y esa persona, la que llena el vaso de la vida, de la risa, es el clown. En el clown no existen los límites, ni los miedos, ni las distancias. Es capaz de unir a las personas sin necesitar nada más allá de la risa.
Hablamos con Miriam Lorenzo, secretaria de Social Clown y payasa social vacacional. Nos cuenta que el payaso es un provocador de emociones, a través de la risa. Que no es un actor ni un personaje. El clown existe dentro de todos nosotros, es uno mismo. Tal como dijo Roberto Benigni, “el autor inventa o interpreta un personaje, mientras que el payaso encarna el suyo propio”. Se trata de observarte a ti mismo, ver cómo te mueves, cómo reaccionas, qué sientes, qué tics tienes y llevar todo lo que eres a la locura. Alimentarte de tu propio ridículo. Como un niño pequeño, tierno, vulnerable, ingenuo, auténtico. 100% de emoción y 0% de razón.
La esencia de Social Clown
Social Clown es una asociación formada por 10 clowns sociales que utiliza las artes escénicas como herramienta terapéutica para mejorar la calidad de vida de los niños, jóvenes y colectivos marginados, como ancianos o enfermos, y facilitar su integración social. En el ámbito nacional actúa en hospitales, geriátricos y en centros de menores. También se desplaza con frecuencia a países del Tercer Mundo donde los niños sufren situaciones límites de pobreza, enfermedad o conflictos sociales, para despertarles una sonrisa.
Generalmente, la frecuencia de visitas terapéuticas del clown es semanal, a nivel nacional, de 2 o 3 veces por semana con una duración de 2 o 3 horas por visita. En el caso de proyectos internacionales, el trabajo en el terreno ocupa 6 días de la semana. Concretamente, en el ámbito nacional, Social Clown trabaja de forma regular en Ibiza y Mallorca en España y está planificando visitas a escuelas en la península, principalmente en la zona de Castilla y León, con clownferencias en las que enseñan a los niños la labor de un payaso social.
El valor terapéutico de la risa
La risa es salud, es vida, es amor. Aumenta las ganas de vivir y de luchar, minimizando los problemas y aumentando la resiliencia a la adversidad. Aumenta el autoestima, da apoyo emocional, suaviza los conflictos… Abre la puerta a la esperanza. Es el lenguaje del alma. De acuerdo con Miriam, la risa nos conecta de forma muy especial con la gente. Ya sea en una visita a la habitación de un hospital o tras un espectáculo, el brillo y la alegría de vivir siempre aparecen en los ojos del público y, ese, es el mejor pago de todos para el clown… La plenitud.
Sin embargo, no todo el mundo entiende la labor del clown en momentos de adversidad. Miriam nos cuenta que cuando estuvieron en Burkina Faso, en una visita al hospital, encontraron una anciana semi-inconsciente tumbada en la cama rodeada por su familia que esperaba el final de la agonía. Cuando los clowns entraron a la habitación al son de la música del acordeón, les miraron enfadados diciendo “¿Nuestra madre muriéndose y estos locos de nariz roja tocando música a su lado?”. Cuando estaban a punto de echarles de la habitación, la anciana les señaló y pidió que la incorporaran para escuchar la música. Sus hijos le ayudaron a sentarse y ella, abriendo los ojos con la poca energía que le quedaba, movió ligeramente la cabeza al ritmo de la melodía, sonrió y aplaudió. Porque la vida es un regalo y debemos disfrutarla hasta el último momento.
Damos la bienvenida a clowns con inquietud social
Social Clown está abierta para todos aquellos clowns que tengan un proyecto social en mente y quieran desarrollarlo dentro de una red de apoyo y soporte mutuo en la que crecer juntos. Trabajar desde el clown para acercarse a las personas que más necesitan humor y alegría, acortando la distancia entre las personas a través de la risa y el voluntariado. Porque, sin voluntarios, sin la risa, muchos programas que mejoran la calidad de vida de las personas no podrían llevarse a cabo. La vida sería mucho más gris para todos. Y es que la risa del voluntariado pone nuestras vidas a todo color.
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Esther López, integradora social y apasionada del mundo del voluntariado. Empieza hace más de dos años el proyecto Oriéntate en tu Voluntariado para orientar, motivar y promover sobre voluntariado. Actualmente, metida de lleno en OV, proyectos de voluntariados externos y comprometida con la realidad social que le rodea cada día.