¿Se puede viajar trabajando por una causa?... ¡Se puede!
¿Se acuerdan de Ana, Natalie y Valentina? Tres mexicanas que no esperaron a tener una crisis existencial a los 40. Aún en sus 20, y no sintiéndose satisfechas con la vida que llevaban, decidieron combinar sus tres pasiones: la comunicación, los viajes de aventura y los proyectos sociales. Para empezar, pusieron rumbo a África.
Es realmente motivador ver como cuando se alinean pensamiento, palabra y acción, pasan cosas extraordinarias. Estas chicas me hablaban de su idea hace menos de un año. Algunos aún seguirían ahí, ellas ya van por segundo de sus proyectos en el continente africano. Acaban de dejar Tanzania y ya han puesto rumbo a Sudáfrica. Y entre país y país, nos comparten cómo fue su primera experiencia.
En su primera parada y con la la organización Be SomeOne, generaron una estrategia de comunicación y materiales audiovisuales para dar difusión al proyecto y recaudar fondos que les permitiese terminar la construcción de una escuela Maasai. Por otra parte, y para un proyecto llamado Kipawa, crearon la imagen de marca y la comunicación de joyería Maasai, que desarrollan las mujeres de la comunidad, para poder ampliar el mercado y comercializar sus productos en Estados Unidos y de esta forma incrementar sus ingresos.
No todo es color de rosa… pero compensa
Lo que suena como que salió rodado y lleno de momentos increíbles, no estuvo exento de momentos difíciles. Nos comparten lo especial que fue vivir y ser parte de la comunidad Maasai o la confianza que depositaron en ellas la organización Be SomeOne. “Era la primera vez que hacíamos esto y no teníamos manera de mostrarles que en realidad sabíamos lo que estábamos haciendo”. La parte más desafiante, entre otras cosas, fue acercarse a las mujeres para tomarlas fotos. “Fue difícil al principio que no fuese incómodo e intrusivo para ellas o para nosotras. Con el tiempo nos fuimos conociendo, logramos enterdernos con ellas y nos encariñamos sin importar que solo hablásemos cinco palabras en maasai. Por otro lado, en Tanzania es normal que se vaya la luz por todo un día y que internet deje de funcionar en cualquier momento. Adaptarnos a esto para trabajar fue un desgaste”.
En cualquier caso sobre cuál fue su mayor aprendizaje, nos cuentan como “Tanzania en general nos ayudó a ver la vida de otra forma y a ser conscientes de lo poco que necesitamos. Por un lado vimos la vida tan simple de la comunidad y lo poco que necesitan para ser felices y al mismo tiempo nos dimos cuenta de que nosotras vivimos muy bien con solo lo que podemos cargar en una mochila, que nos podemos bañar con una sola cubeta y que no necesitamos muchas de las comodidades que creíamos indispensables”.
Hasta la próxima parada en ruta, esta vez Sudáfrica, si haces clic en ‘Me gusta’ en su página de Facebook, serás testigo de sus avances. Puedes seguirlas también en Twitter y en su canal de YouTube.
¡Adelante chicas! Y aquellos de ustedse que nos lean y piensen “Qué envidia”, quizás pueden comenzar por hacer un compromiso y echar la bola a rodar. Cuando uno empieza a dar pasitos, el camino se va abriendo poco a poco, ¿no les parece?
MUTUO es un proyecto social, emprendedor y de aventura.
Proyecto social: apoyando a organizaciones sin fines de lucro a difundir su causa por medio de estrategias de comunicación y desarrollo de los materiales necesarios (fotografía, videos, redes sociales y diseño).
Proyecto emprendedor: trabajando de manera diferente, intercambiando experiencia profesional por experiencias de vida. En lugar de un salario, las organizaciones nos dan estancia y comidas a cambio de nuestro trabajo.
Proyecto de aventura: conocemos diferentes culturas viajando por el mundo mientras realizamos nuestro proyecto. Esta vez el destino fue África: dos meses en Tanzania y tres en Sudáfrica.
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