¿Sufres las consecuencias del abuso sexual infantil?

Marta estudió ingeniería, si bien su verdadera vocación desde adolescente era el desarrollo humano. Desde que consiguió su primer trabajo en una prestigiosa multinacional supo que algo no encajaba. La vida continuó. Se casó, fue mamá, se separó, se reinventó profesionalmente un par de veces dentro y fuera de la empresa para la que trabajaba... pero algo seguía haciendo ruido.

En 2013 al separarse de su pareja, teniendo en ese momento una niña muy pequeña, hizo un balance global de los resultados de su vida en general y se preguntó: "¿Cómo he llegado hasta aquí?". Algo emergió más fuerte y más claro esa vez. Algo que sucedió cuando tenía 6 años y que no podía seguir ignorando. "Me di cuenta que estaba ante una niña herida que necesitaba sanar. Una niña que sufrió abuso sexual".

Del juego al abuso...

Marta creció muy cercana a su familia y  4 hermanos, ella era la pequeña. Tenía un vínculo especial con uno de ellos, el más mayor de todos, hoy en día fallecido. "Sentía que él me quería mucho y estaba siempre muy pendiente de mí. Jugábamos, me hacía reír y yo confiaba plenamente en él. Hasta que un buen día los juegos se convirtieron en algo más que juegos, se convirtieron en abusos sexuales recurrentes a la edad de 6 años. Mi vida a partir de entonces cambió por completo".

Antes de que estos “juegos” comenzaran Marta era una niña alegre y confiada, juguetona y divertida; "a partir de aquello mi vida y mi inocencia se ensombreció por completo. Este hecho marcó mi vida para siempre, no hay palabras para describirlo. Es una de las heridas más profundas que puede llevar una persona en el alma, dañando profundamente la identidad y el autoconcepto desde lo más profundo del ser". 

Marta quisiera anotar en favor de sus otros hermanos vivos (Diego y María), su madre Nieves y su padre Francisco (ya fallecido) que ellos son inocentes y que siempre la han querido y amado. No lo supieron. Marta lo ocultó. Y quiere especialmente resaltar su inocencia por respeto a ellos y a sus familias, así como agradecerles su apoyo, porque sin ellos, la causa por la que hoy ha decidido trabajar, no podría darse.

Marta había cumplido 25 años cuando por primera vez pudo verbalizar lo ocurrido. Su dolor estuvo dentro de ella muchos años. "en ese punto comencé a darme cuenta de cuántas de mis decisiones de vida las tomé por un concepto erróneo de mi misma. Todo el proceso se vive con mucha culpa. Te sientes sucia, avergonzada, confusa… Era una niña y no me correspondía vivir esa situación. Cuando cosas así suceden hay mucho de miedo, manipulación emocional, sentimiento de falta de protección, sensación de no valer, miedo a contarlo".

Esta vez tenía que enfrentarse a todo esto si quería seguir avanzando. Estaba dispuesta a sanar y sin saberlo, esto marcaría el rumbo de su futuro.

Y así, tras pasar por un difícil pero necesario proceso personal que aún continúa, Marta se da cuenta que aunque estudió ingeniería, su verdadera pasión es trabajar con personas. Se certifica como coach en ICF, estudia inteligencia emocional y se profesionaliza en el ámbito del desarrollo humano. Más tarde, decidió emprender.

Marta decidió atreverse de verdad a enfrentar sus fantasmas que por mucho tiempo escondió y ayudar a mujeres como ella a hacer lo mismo. Comenzó indagar y elaborar ciertas hipótesis, descubrir patrones de mujeres adultas que como ella habían sufrido abusos en su infancia: insatisfacción profesional, con su pareja, problemas de intimidad, de aceptación física... y Escuela Dharma echó a andar.

Escuela Dharma

"Escuela Dharma busca ser una comunidad que ayude a mujeres como yo a sanar las heridas, a trabajar el perdón, a sentir que pueden compartir en un espacio seguro". A la parte más práctica de facilitar estos procesos para quienes han sufrido abuso, Marta busca crear otra pata, la de la divulgación. Para que un día no haya que curar, sino que ese sufrimiento se haya erradicado. Sueña con que ese proceso se produzca porque se identifique, se visibilice: "sigue vivo porque todavía no se habla". Que sea un proceso de educación de padres, educadores, familiares, etc.

El proyecto está en etapas tempranas. Marta está convencida y emocionada sobre qué puede emerger de este nuevo proyecto. "Estoy reuniendo las mejores herramientas, metodologías y conexión con los mejores profesionales en el ámbito del desarrollo humano y espiritual que he encontrado en mi camino de sanación para ponerlo a disposición de la vida".

Tengo mis hipótesis de lo que creo puede pasarte en la edad adulta después de haber sufrido abuso sexual en la infancia. Si bien, son mis hipótesis, y para mi conocer las circunstancias actuales de otras mujeres como ella es fundamental. 

Ayúdame a ayudar

Marta ha creado una encuesta anónima con la que busca que aquellas mujeres que han padecido abuso sexual en su infancia que quieran compartir de forma segura su experiencia, puedan ayudarla a validar hipótesis, entender cómo puede apoyar mejor con Escuela Dharma a mujeres como ella. Participar es formar parte de la creación de este proyecto tan personal como necesario, y apoyar esta causa.

Si te sientes identificada con Marta o conoces a alguien que esté ahí, toma unos minutos para contestar o compartir esta encuesta.

>> Yo También Sufrí Abuso Sexual en la Infancia. Quiero Participar en la Encuesta Anónima <<

Esta encuesta es anónima, si bien para aquellas que quieran, podrán contactar con Marta por correo o teléfono. Hay un enlace al final de la encuesta para conectar directamente con ella.

"Gracias de todo corazón a todas aquellas personas que se abran a contestar esta encuesta. Su testimonio anónimo me ayudará a llevar luz a muchas más mujeres".

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