Voluntariado en América Latina: cambiando el yo por el nosotros
Si alguien se estaba preguntando dónde latía más fuerte el corazón del mundo la semana pasada, yo tengo la respuesta: en la bella ciudad de Antigua, Guatemala. Estuvimos en la conferencia regional de IAVE (Asociación Internacional de los Esfuerzos Voluntarios), organizada junto con el extraordinario equipo del Centro de Voluntariado Guatemalteco. Hasta allí llegaron:
220 participantes de ONG, empresa, gobierno y universidad, de más de 20 países a participar en 75 conferencias. Más allá de los números, lo más importante fue la fuerza e inspiración que nos devolvió a todos a nuestros países con mayor convencimiento que nunca de cómo, la labor voluntaria, es sin duda uno de los motores que mueven el mundo. Entre todos tenemos el deber y la responsabilidad de seguir conectando y trabajando en esta visión de un mundo más justo, sostenible y equitativo para todos.
Para los que no pudieron estar allí, ¿quieren saber qué aprendimos? Estos fueron para mi algunos de los puntos destacados.
Jóvenes:
Dejemos de estigmatizar a los jóvenes y démosles más espacios como el que se les brindó allí. Los jóvenes nos mostraron como son más que capaces de mover montañas si se les da la oportunidad. Tienen las ganas, el talento y el orgullo de aportar a sus países. Actualmente hay 106 millones de jóvenes entre 15 y 24 años de edad en América Latina y el Caribe, el mayor número de jóvenes en la historia de la región según UNICEF. Podemos aprovechar el talento o desperdiciarlo. El potencial es enorme. Démosles un objetivo y transformarán para bien a sus países, no tengo duda.
De egos y alianzas:
Ganarle la batalla a los egos nos elevará a otra dimensión donde de verdad seremos capaces de crear mucho más juntos. El sector lo ha entendido desde hace ya tiempo y otros actores más allá de las ONG se han sumado. Es esperanzador ver como si dejamos los juicios a un lado y nos escuchamos, todos tenemos algo que aportar, que aprender y que construir con otros. Como bien dijo Enzo Dotto: tenemos que definitivamente cambiar el yo por el nosotros.
Alineamiento con los ODS:
Si no los están haciendo ya, sea cual sea su sector, no está de más preguntarnos con qué objetivos se alinea nuestro trabajo. Esto nos hará ganar en foco a la hora de tomar decisiones y más allá, a la hora de generar esas alianzas alineadas con objetivos comunes. Los ODS son una hoja de ruta útil para enfocar tanto nuestra mirada como organizaciones a largo plazo, como un buen marcador de nuestro trabajo diario.
Medir, medir, medir:
Las historias nos tocan el corazón, pero nos números serán los que hagan que quienes queremos que colaboren económicamente, se comprometan. Necesitamos medir y mostrar para conseguir apoyos en financiación, pero también para ser transparente y compartir el impacto que generamos a los socios del sector privado, donantes, así como a nuestros trabajadores y voluntarios. Los números legitiman, dan credibilidad y prueban que los esfuerzos van por el buen camino.
Voluntariado como constructor de liderazgos:
Sin ser el único fin, el voluntariado es sin duda un vehículo para el desarrollo de habilidades y liderazgos en la región. El voluntario pone su corazón y recibe una oportunidad de expandir sus talentos, sus pasiones y habilidades. La escasez de recursos que a menudo quita el sueño a las ONG, puede ser un espacio privilegiado donde integrar la creatividad y conocimientos de una juventud que cuando está en acción y recibe un propósito, puede mover montañas.
Articulación:
Entendemos el concepto, pero siento que se tiene que seguir abriendo espacios para generar esta articulación. Todos y cada uno de nosotros enfocados en nuestra labor diaria no tenemos el tiempo o los recursos para ponernos a crear más allá de lo que creemos es nuestra competencia. Espacios como los que IAVE facilita, son un buen recordatorio de la importancia de co-crear y hacerlo articulando sectores. Tengo la esperanza de que más y más espacios se generen en esta dirección y desde Idealistas seguiremos también trabajando para impulsarlos.
Planificación estratégica:
Parece aún la piedra de toque de las organizaciones. Sin duda sin pararnos a pensar dónde estamos, dónde queremos llegar y cómo hacerlo, es más difícil genera el impacto que estamos persiguiendo. A pesar de que a todos nos sobrepasa el trabajo, merece tomarse el tiempo de planificar. Es un tiempo que ganaremos en la ejecución más efectiva de nuestros programas y el impacto que podemos generar en nuestros beneficiarios.
Una cita para no olvidar:
Compartida por Dacil Acevedo, del Centro Latinoamericano de Voluntariado me fascinó y acabo con ella: "No hay nadie que sea tan pobre que no pueda hacer algo por otra persona o tan rico que no pueda recibir algo de otra persona"
Démonos al otro y todos tendremos mucho que ganar. ¿Estuviste en la conferencia de IAVE de Guatemala? Cuéntanos algo que te llevaste de vuelta a casa, qué te motivó, qué aprendiste... Fue un auténtico privilegio compartir tres días con todas aquellas personas que en torno al #voluntariado, están construyendo la América Latina que todos soñamos y merecemos. ¡Hasta la próxima!
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