Dos por uno: bizcocho ciudadano y sopa por el arte

Hace poco descubrí a través del blog Desayunos Ciudadanos, como vecinos de Madrid se reunen un domingo del mes en una plaza diferente de la ciudad reivindicando el espacio como “lugar de encuentro, más allá de las prisas y del consumo”. La comida es un motivo de encuentro donde “compartir y compartirse”.

La idea es buena especialmente para los que vivimos en grandes urbes a veces tan despersonalizadas que no sabemos si quiera quién vive en la puerta de al lado.

Si me animo a escribir sobre esto hoy, no es solo porque me parezca una deliciosa idea compartir bizcochos caseros y conocer a nuestros vecinos compartiendo café, sino porque al tiempo que tropecé con esta idea, veo como en nuestro blog en inglés mi compañera Celeste Hamilton, nos habla de las ‘Sunday Soup’ (La sopa del domingo) en Estados Unidos.

Si los desayunos ciudadanos nos dan una oportunidad de conectar con otros y disfrutar de café y dulces, el proyecto ‘Sunday Soup’ eleva estos encuentros a otro nivel. Se trata de una fórmula para que la gente se conozca y al tiempo se financien proyectos en este caso creativos. La fórmula consiste en lo siguiente: un grupo de gente se junta y ofrece un menú a un precio razonable. Todos los fondos que se recolecten de esa comida, se ofrecen como ayuda para apoyar a un proyecto creativo. Para poder optar a esta ayuda, se acepta la presentación de proyectos hasta el día de la comida. Cada persona que compra un menú, tiene un voto para determinar quién recibirá esa ayuda económica o beca. La fórmula que nace en Estados Unidos, podemos encontrarla replicada ya fuera de las fronteras de este país, en concreto en Italia, Reino Unido, Egipto o Ukrania. Si te animas a hacer algo parecido desde donde nos lees, aquí tienes información.

Pensando en qué sería posible si se introdujese este componente en los desayunos, en principio me dejó un poco fría hacer que el dinero sea parte de un encuentro que originalmente nace sin ánimo de que el dinero entre en el juego. Sin embargo, conociendo el proyecto ‘La sopa de los domingos’, me pareció una extraordinaria oportunidad para unir comida, generar conexiones personales, compartir un espacio agradable y al tiempo ayudar a financiar proyectos con un fin creativo o social que de otra forma quizás no contarían con apoyo. Inclusive simplemente con una aportación simbólica, el evento podría recolectar fondos cada mes para una ONG diferente…

En definitiva dos ideas que pueden desarrollarse juntas o por separado. Dos buenas maneras de devolver a los encuentros cara a cara ese valor incalculable que a pesar de todas sus ventajas, nunca nos dan los encuentros a través de un computador.

¿Qué les parece la idea?

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