El poder de las mujeres y sus historias en Soy Refugio

Emanuela, haitiana y sin hablar casi español se presentó un día en el Servicio Jesuíta del Migrante (SJM) y dijo que ella quería aprender a coser y hacer lencería de mujer. Allí no había máquinas de coser o alguien que pudiese enseñar costura, pero ella no se iba a dar por vencida tan fácilmente. En su persistencia posiblemente no era consciente que iba a ser la semilla para la creación de Soy Refugio, un espacio que permite a mujeres migrantes y refugiadas en Buenos Aires, crear y comercializar productos para generar un sustento. Empujando este proyecto en el SJM encontramos a Laura, colombiana y también migrante, apasionada del trabajo que se hace con y para las personas. 

Soy Refugio, lugar de encuentro, sueños y construcción de capacidades

Nos cuenta Laura que un poco después Emanuela volvió con Sammu, otro haitiano que podía enseñar a usar la máquina de coser. Ya solo faltaba la mitad de la ecuación, y como a menudo los astros se alinean marcándonos el camino, una señora colombiana que regresaba a su país, vendía una máquina de coser. El SJM la compró. Así empezó todo… o en realidad hay que dar un paso atrás.

En 2020, dos mujeres venezolanas tenían un proyecto gastronómico de carritos para salir a vender a las calles, pero la pandemia voló por los aires sus ilusiones. La situación de las personas migrantes y refugiadas no se hizo mejor con este cataclismo global, y por eso Laura y el SMJ sabían que "había que movilizar algo que a las personas les generase impacto/ingreso”. Las clases de costura avanzaban con algunas participantes más, y así fue que prestando mucha atención al beneficiario, co-creando con ellas, surgió la idea de crear productos que podrían vender. 

Comenzaron con las tote-bags o bolsas de tela, había que imprimir un diseño y como dice Laura en este video… "no puedp olvidar cuando les preguntamos a las chicas qué querían ver en esas bolsas, y ellas dijeron: tiene que ser una mujer, pero una mujer negra".

La evolución:

Poco a poco se sumaban mujeres. Emanuela y Sammu arrancaron el primer prototipo de las bolsas. Se sumaron varias mujeres venezolanas más y en septiembre de 2021 se creó una actividad llamada ‘Patio Migrante’, donde se decidieron a mostrar y vender las primeras bolsas. “Si había 20 se vendieron todas”, nos cuenta Laura que también nos comparte como "el ACNUR estaba allí. Se nos acercan y nos dicen que tenían que hacer una compra para regalos institucionales y que les gustaron mucho". Con una capacidad de producción baja ya que estaban comenzando, se les vino su primer pedido de 3.000 unidades que negociaron que fueran 1500. Lo hicieron posible y la satisfacción de recibir esa compensación económica para las chicas fue indescriptible.

Es así que ‘Soy Refugio’ se convierte en varias cosas: un espacio de formación en oficios (textil, serigrafía, estampación…), un espacio de producción y también un espacio de comercialización donde se trabaja la multiculturalidad, la diversidad y la colaboración. A la escuela textil han entrado ya 15 mujeres provenientes de Colombia, Hahití, Venezuela y República Dominicana. Y además de las bolsas, ahora también han extendido a otros otros productos: tazas, agendas, velas...

¿Te encantó el proyecto y quieres saber cómo colaborar?

Trabajar la multiculturalidad, la diversidad y la colaboración. Esos son los pilares a esta belleza de proyecto con el que tú puedes colaborar. Así es como puedes hacerlo:

• Con materias primas: rollos de tela, hilos, tintas, etc. 
• Con maquinaria como por ejemplo plotter de corte, máquinas de coser
• Si quieres hacer pedidos, visita y contacta desde su página en Instagram
• O encuentra si estás en Buenos Aires stands de Soy Refugio en cafés

Para conocer dónde están estos cafés o cualquier otra cosa que quieras sabes, puedes ponerte en contacto con Laura: lherrera@sjmargentina.org

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