Semillas de vida y esperanza para la humanidad

Marcada por el desarrollo tecnológico, el crecimiento poblacional desordenado y la ineficiencia de un sistema económico que parece colapsar a cada momento, la pobreza sigue abriéndose paso en las comunidades rurales. Además de las condiciones de política o económicas, las condiciones propias de la región hacen que la brecha para saltar de un estado de miseria a uno superior se vaya haciendo más grande, hasta manifestarse prácticamente infranqueable. Las comunidades que sobreviven de la agricultura y que suministran de materias primas a los grandes núcleos poblacionales están teniendo serios problemas y están cambiando sus prioridades.

Más importante que la comercialización, se está volviendo la alimentación de la familia. Garantizar que en el hogar haya comida para subsistir es ahora la prioridad. Sin embargo, al aumento sostenido de los costos en los materiales e insumos para la producción, ha obligado a retornar a nuestra identidad y darnos cuenta de que regresar al pasado no siempre es síntoma de retroceso, en este caso es más bien, una señal de desarrollo sustentable y sostenible; en la Red de Productores Agrícolas y Ganaderos de la Costa Grande de Guerrero, lo hemos entendido así.

El pasado diciembre, se realizó un tianguis de intercambio de semillas nativas y criollas de la región de Coyuca de Benítez, con el fin de observar y valorar la riqueza natural que existe en la región; la cantidad de semillas, sobre todo, de maíz que tenemos y cómo podemos hacer que los demás productores obtengan y reproduzcan semillas que se han visto desplazadas por semillas híbridas desarrolladas por los grandes corporativos, haciéndonos olvidar de las semillas que México, como país de origen, ha domesticado y reproducido durante cientos de años. En este intercambio no solo se presentaron semillas comunes, sino semillas nativas que con el tiempo se han mejorado a través de un proceso de selección in situ y observando variables que permitan entre otras cosas, un mayor rendimiento, un porte de planta más bajo, mejor calidad del grano, etc., con el objeto de hacer que estas semillas propias que se han cultivado desde hace años hoy puedan ayudar a las comunidades en la mejoría de su alimentación, en la disminución del costo de acceso a alimentos inocuos, saludables y en mayor cantidad y en defensa de la soberanía alimentaria.

En este evento se destacaron las propiedades nutricionales del maíz y del valor medicinal que se han encontrado en algunos maíces de color; como almidones que por su composición, disminuyen las probabilidades de desarrollar cáncer. En contraposición a los maíces híbridos, los maíces criollos y nativos ofrecen mayor accesibilidad económica, puesto que el costo de las semillas nativas se realiza por un intercambio cultural, sin poner en medio el dinero, sino simplemente la voluntad de querer regalar semillas. Semillas que son vida y esperanza para toda la humanidad.

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